***** ¨Eso me dolió¨: Javier Velásquez *****

08.02.2012 10:47

Tras abandonar el lecho y superar los mayores escollos que le ha planteado la vida nos cuenta su historia.
 


El ex presidente del Medellín y quien impulsó el título de 2002 tras 45 años de frustraciones rojas, estuvo hace tres meses en cuidados intensivos jugándose un ‘clásico’ que resolvió en el último minuto, según cuenta.

¿Hacía cuánto tiempo no iba al estadio?

En los últimos años han sido muy poquitas las veces que he ido a fútbol. Inclusive, la única parte a la cual venía era al estadio de Envigado. Ahora que he mejorado en salud quiero estar presente, no sólo con Envigado sino también con mi Medellín, un equipo que también quiero mucho.

Sabíamos que estuvo enfermo. Al urólogo, al cardiólogo… ¿a quién le ganó le ganó el ‘clásico’?

Ese ‘clásico’ fue difícil y se ganó en el último minuto. Hace tres meses me vi sumamente mal. Fui internado en la Clínica Medellín, estuve en cuidados intensivos como seis o siete días. La cosa estaba difícil, pero la fe, las ganas de vivir, mi esposa, mis hijos, los periodistas, la hinchada… eso me estimuló para decir que el ‘viejo’ se tenía que quedar aquí otro rato.

¿El médico qué le dice?

Que no vaya al estadio. Inclusive cuando me operaron del corazón hace unos seis años me dijo que no podía ir al clásico entre Nacional y Medellín. Y yo le dije: Ave María doctor, allá me tienen que velar, pero esa final no me la pierdo’. Y me fui, me pusieron un médico abordo para que me cuidara. Fue tan bonito el espectáculo, tan grande el triunfo del Medellín que ese día no me pasó nada.

¿Qué le dice la gente?

Modestia aparte, la gente me quiere mucho, es muy linda conmigo. Cuando tuve el problema judicial nadie creyó que yo fuera culpable, todo el mundo confiaba en el ‘viejo’ y me siguen queriendo mucho, así lo noto, y no sólo los hinchas del Medellín sino también los de Nacional. Eso a uno lo congratula porque hay veces que la vida lo ‘aporrea’.

¿Qué otro examen le queda por pasar en esta vida?

Ya pasé el examen más duro, que es perder un hijo, a Octavio, un médico generoso, trabajador y buena persona. Desafortunadamente a alguien le dio por que no viviera más y me lo quitó de forma tempranera e injusta. Ese fue un golpe artero. Pero ahí estamos. Dios es tan grande que le da ganas a uno de seguir viviendo, porque quedan los otros hijos, la familia y los amigos.

La vida da y quita, ¿qué ha sido lo último que le ha dado?

Ese problema judicial, que me afectó mucho. Uno es consciente de que si se metió en un lío, puede pagarlo. Pero uno no hizo nada más que trabajar en la institución roja con tanto amor, cariño y honradez, me jacto de eso. Como decimos los viejos, soy como el cariño verdadero, ni me compro ni me vendo.

O sea que tiene tranquilidad total…

Mi actuación en el Medellín fue honrada a todas luces. Tuvimos mucha bonanza en esa época, la gente nos acompañaba en masa, la televisión, la Copa Libertadores de América… entonces a alguien le dio por creer que toda esa plata era mal habida y no fue así.  Hubo una investigación larga pero que llegó a lo que tenía que llegar. Terminamos completamente exonerados, pero de todas maneras parte del mal ya quedo hecho.

¿Volverá a las lides como directivo?

No hay que olvidar que yo fui presidente del Envigado entre siete u ocho años. Para mi era un halago si de pronto iba al Medellín. Yo decía: Medellín es un equipo fácil de sacarlo campeón, como creo que a Nacional también. Porque tienen hinchadas fervorosas, que acompañan y eso ayuda mucho. Uno cree muchas veces que no pero hasta inciden en las decisiones arbitrales. Yo pensaba que al Medellín era fácil de hacerlo campeón y así fue. Llegué y eso fue rapidito. La gente creyó en mí y me apoyó.

¿Pero volverá a la presidencia de algún club?

No tengo salud como para volver, para dedicarme como yo me dedico y como tiene que ser un presidente. Un presidente entra a las seis de la mañana y no tiene hora de salida. En ese sentido soy esclavo del trabajo, porque es la única forma de que rinda efecto. La salud no me da y para hacer un trabajo a medias no sirvo. Uno puede prestar asesoría desde otro campo, no necesariamente desde la presidencia.

¿Aún cree en la amistad?

Sí. Amigos hay pero no muchos. Hay cuando uno está en bonanza, en adversidad si quedan pero se pueden contar en los dedos de la mano de un mocho. Eso me pasó y de pronto hubo mucha negligencia de los amigos-amigos, de la hinchada no porque siempre me respaldó a muerte, y algunos otros me olvidaron. Cuando volví y salí, quisieron volver a lo mismo y yo los rechacé porque eso me dolió.